En el primer ciclo, se presentaba una vivienda actual en la que, en cada estancia, se proponían una serie de juegos para todos los públicos para descubrir las recomendaciones sobre eficiencia energética.
Cada habitación proponía una actividad experimental y algún juego visual que hiciera el aprendizaje más lúdico. Además, se aprovechaban elementos cotidianos del hogar para transmitir el mayor número de consejos posible.

"En cada ciclo,
una solución formal diferente”

En el segundo año se organizó un viaje en el tiempo al pasado, igual que hacían los cortos presentados en aquella edición, y consistía en entrar en una casa de los años 60. Al llegar, se planteaba un reto a los visitantes y se les entregaba un “monedero” con una serie de monedas con las que jugar en cada prueba.

El objetivo final era comprobar, de forma directa, cuánto dinero se ahorraban los visitantes al hacer un uso eficiente de la energía. Un dinero que podía ser destinado a otros usos particulares y cambiar así nuestro futuro.
Cada electrodoméstico de la vivienda era un sencillo juego en el que se valoraba el resultado. Quien acertaba, conservaba su dinero. Quien fallaba, tenía que pagar por su falta de eficiencia. Las actividades combinaban propuestas gráficas con toques más tecnológicos como recursos auditivos, tabletas...

El enlace a las redes sociales se conseguía al compartir una fotografía junto a un panel final en el que se indicaba el resultado obtenido.

Estas fueron las claves para el proyecto del tercer año, conforme a lo que sucedía en los cortos de “Cinergía” que se presentarían.
La acción se desarrollaba en una vivienda del futuro, con electrodomésticos que controlaban la eficiencia energética en el hogar.

"El hogar eficiente del futuro”

La estética de la casa estaba inspirada en uno de los fragmentos esenciales de un corto y que permitía crear un entorno de hogar del futuro: estética muy minimalista y con un claro predominio del color blanco y las formas curvadas.
Se creó una casa de espacios abiertos, con una simulación de electrodomésticos inteligentes integrados, muy pendientes de conseguir la máxima eficiencia energética al usarlos.

En enlace a las redes sociales se consiguió con una actividad que transportaba a los visitantes a su propio futuro. ¿Cuál sería su aspecto dentro de unos años? A través de una app, su fotografía viajaba en el tiempo y volvía con el aspecto que tendrían en el futuro.

Los proyectos fueron creados, diseñados y gestionados por EFS. Cada proyecto se montaba y desmontaba cuatro veces, una por festival, y en este intervalo todos los elementos se almacenaban en nuestra nave de La Llagosta, donde se revisaban, se reacondicionaban y se guardaban en condiciones para que estuvieran a punto para el próximo montaje.